Si algo es
seguro, es que el cambio climático ha alcanzado cotas muy alarmantes. Peor no
sólo hemos puesto como culpables a empresas, ciudadanos o gobiernos enteros,
ahora hemos pasado a culpar a la ganadería. Se ha llegado a promover que se
deje de comer carne como medida para terminar con este cambio climático.
Producción
cárnica y gases de efecto invernadero
Los defensores de qe se termine con el consumo de
carne afirman que su producción genera más gases de efecto invernadero que todo
el sector del transporte. Sin embargo, esta afirmación es falsa, sin embargo
esta idea ha llevado a suposiciones inexactas en relación con el consumo de
carne y el cambio climático.
Renunciar a la carne y sus derivados no es la
panacea para el medio ambiente como muchos quieren creer y, llevado al extremo,
también puede producir consecuencias nutricionales negativas.
Récord en
carne y gases de efecto invernadero
Gran parte de la mala reputación de la carne se
centra en la afirmación de que la ganadería es la mayor fuente de gases de
efecto invernadero del mundo. Por ejemplo, un análisis publicado por el
Worldwatch Institute de Washington en el año 2009 aseguraba que el 51% de la
emisión de GEI (gases de efecto invernadero) en el mundo procedían de la cría y
procesado del ganado.
Sin embargo, la Agencia de Protección Ambiental
de Estados Unidos afirmó que las principales fuentes de emisión de GEI en
E.E.U.U. durante los últimos años han sido la producción eléctrica (28% del total de
emisiones), el transporte (28%) y la industria (22%). La agricultura y la
ganadería fueron apenas un 9% de las emisiones.
Todo este malentendido vino a raíz de la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO). Esta organización publicó un estudio titulado La larga sombra del
ganado: problemas ambientales y opciones. En dicho informe afirmó que la
ganadería producía un asombroso 18% de los gases de efecto invernadero en todo
el planeta, llegando, incluso, a la conclusión de que el ganado hacía más daño
al clima que todos los tipos de transporte juntos.
Para el ganado, la FAO tuvo en consideración
todos los factores asociados a la producción de carne, entre los que se
encuentran las emisiones generadas por la elaboración de fertilizantes, la
conversión de bosques en pastos, el cultivo de pienso y las emisiones que
provienen de los animales (eructos y deposiciones) desde su nacimiento hasta su
muerte.
Sin embargo, cuando analizaron las emisiones de
carbono producidas por el transporte ignoraron los efectos sobre el clima que
provienen de la fabricación de materiales y piezas de los vehículos, el
ensamblaje de los mismos y el mantenimiento de carreteras, puentes, aeropuertos
y otras infraestructuras.
Una
producción menos nociva
Obviamente, como toda empresa, la industria
cárnica contamina y produce residuos. El uso de electricidad
que no provenga de una fuente limpia o la mala gestión de esos residuos puede
llevar a perjudicar el medio ambiente. Sin embargo, dejar de comer carne no es
la solución. Si nos ponemos así también tendríamos que dejar de consumir la
mayoría de productos de hoy en día.
Lo que se tiene que conseguir es una producción
más eficiente y menos contaminante. De esta manera, los cambios tecnológicos,
genéticos y de gestión que han tenido lugar en la agricultura y la ganadería de
Estados Unidos durante los últimos 70 años han hecho que la producción ganadera
sea más eficiente y menos nociva para el medio ambiente.