¿Te ha pasado que llamas a tu gato, repites su nombre varias veces… y él simplemente ignora todo? No estás loco ni tu gato es “tonto”. La ciencia sugiere que los felinos sí escuchan y reconocen, pero muchas veces deciden no responder. En este artículo descubrirás qué estudios lo avalan, por qué el silencio no equivale a ignorancia, y qué puedes hacer para “ganarte su atención”.
1. ¿Escucha tu gato tu voz? El experimento de Tokio
El equipo de la Universidad de Tokio liderado por Atsuko Saito demostró que los gatos pueden identificar la voz de su dueño frente a voces extrañas. En el experimento, se reproducían tres voces desconocidas, seguidas por la voz del dueño pronunciando el nombre del gato. Muchos felinos mostraron un “rebote” de atención (moviendo orejas o cabeza) al escuchar la voz conocida.
Pero cuidado: ese “rebote” no siempre fue seguido de una acción más obvia como caminar hacia ti o maullar. En la mayoría de los casos, la respuesta fue muy discreta.
El título del comunicado lo dice claro: los gatos reconocen, pero no responden siempre.
2. Sí, distinguen su nombre de otras palabras
Un estudio posterior demostró que los gatos pueden discriminar su nombre frente a palabras comunes o nombres de otros gatos. Incluso cuando esas palabras provienen de personas desconocidas.
Esto implica que no solo reconocen tu voz, sino que logran filtrar el “ruido” verbal y “escogen” lo que les interesa.
No todos reaccionan igual: algunos mostrarán pequeñas señales perceptibles, otros casi nada; aún así, el reconocimiento existe.
3. ¿Por qué no reaccionan como un perro?
a) Independencia felina
A diferencia del perro, el gato no fue “criado para obedecer”. Muchos comportamientos siguen guiados por su propia voluntad.
b) Costo energético
Moverse, responder o acercarse implica gasto de energía. Si no hay un incentivo claro, pueden simplemente ignorar.
c) Respuestas sutiles
A veces la respuesta está en el movimiento de orejas, en una mirada o en un leve ajuste de postura — señales que nosotros pasamos por alto.
d) Estado emocional o motivación
Si está cómodo, descansando, con sueño o concentrado en otra cosa, puede que aunque te entienda no quiera moverse.
4. Lo que puedes hacer para que te “preste atención”
Usa un tono suave, calmado y variable, no monotónico. Recuerda que los gatos son más receptivos cuando se les habla como bebés.
Llama su nombre justo antes de ofrecer algo valioso (caricias, comida, juego) para reforzar la asociación.
Evita repetir muchas veces sin recompensa; eso puede “habituarlo” a ignorar.
Observa las señales sutiles (orejas, cabeza) para detectar que te “oye”.
Aprovecha momentos en que está alerta (no dormido) para interactuar.
Conclusión
Tu gato probablemente sí te “entiende”, reconoce tu voz y su nombre, pero no siempre decide actuar. Lo que muchos interpretan como indiferencia es más bien una combinación de voluntad, motivación y estilo felino.
Así que la próxima vez que llames y no venga, no pienses que es porque no le importas — puede que simplemente esté en “modo gato”.
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